LA ATENCIÓN
La atención es un proceso cognitivo que nos permite seleccionar y concentrarnos en estímulos relevantes. Según el modelo jerárquico de Sohlberg y Mateer, hay diferentes tipos: arousal, focalizada, sostenida, selectiva, alternante y dividida.
ATENCIÓN AROUSAL:
Es la capacidad de estar despierto y de mantener la alerta. Implica la capacidad de seguir estímulos u órdenes. Es la activación general del organismo. Atención focal Habilidad para enfocar la atención a un estímulo visual, auditivo o táctil
ATENCIÓN FOCALIZADA:
La atención focalizada se puede definir como la capacidad que tiene nuestro cerebro para centrar nuestro foco atencional en un estímulo objetivo, independientemente del tiempo que dure dicha fijación. La atención focalizada es un tipo de atención que nos permite detectar rápidamente un estímulo relevante.
ATENCIÓN SOSTENIDA:
La capacidad de mantener la vigilancia y concentración en un mismo foco atencional durante un periodo estable de tiempo.
ATENCIÓN SELECTIVA:
Permite al perceptor procesar estímulos relevantes mientras suprime el procesamiento de estímulos irrelevantes para la tarea que pueden aparecer simultáneamente en el campo visual junto a los relevantes.
ATENCIÓN ALTERNANTE:
Capacidad de cambiar nuestro foco de atención de una tarea o norma interna a otra de manera fluida. Velocidad de procesamiento: ritmo al que el cerebro realiza una tarea (evidentemente, varía según la tarea, dependiendo del resto de funciones cognitivas implicadas en la misma).
ATENCIÓN DIVIDIDA:
Es la capacidad de atender a más de un estímulo a la vez. Este tipo de atención se da cuando prestamos atención a varios canales sensoriales al mismo tiempo. Ante una sobrecarga de estímulos, los recursos atencionales se distribuyen hacia una actividad compleja.
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